Lluvia de meteoros

Se llama meteoro al fenómeno resultante de la penetración de una partícula de materia (meteoroide) en la atmósfera a gran velocidad. La vaporización de la partícula por su colisión con las moléculas del aire produce una luminosidad que hace observable este fenómeno. Su duración suele ser de una fracción de segundo. La altura a la que el meteoro se hace visible es del orden de 100 kilómetros, aunque depende un poco de la velocidad de penetración, evaporándose a mayor altura las partículas que inciden a mayor velocidad. Las partículas de tamaño entre una décima de milímetro y algunos centímetros se consumen totalmente por encima de los 50 kilómetros, aunque el gran brillo y velocidad transversal de alguno de ellos los haga aparecer próximos al observador. Sólo algunos meteoroides, de masa inicial suficientemente grande (>1 kg) y de consistencia muy sólida (rocosa, metálica), llegan al suelo cada día, pasando a denominarse meteoritos.

meteoros

En ciertas épocas del año se aprecia un ritmo de aparición de meteoros mayor que la media, procedentes de una región dada del cielo (radiante), lo que indica un origen común. Se habla de lluvia de meteoros y se las asocia a los restos que cometas que cruzan la órbita terrestre van dejando en sus sucesivos pasos cerca del Sol.

Las más importantes lluvias de meteoros observadas a lo largo del año se listan en la siguiente tabla:

LLuvias de meteoros

El significado de las columnas es el siguiente:

  • El máximo indica la fecha aproximada en que se da el máximo ritmo de lluvia de meteoros. Puede variar en un día de un año a otro.
  • La visibilidad es el periodo en que se suele observar la lluvia de meteoros con un ritmo significativamente superior al ritmo medio habitual.
  • El radiante es la dirección de la cual parece provenir la lluvia de meteoros en el instante del máximo.
  • La velocidad es la velocidad de choque de los meteoros con la parte alta de la atmósfera.
  • El ritmo es el ritmo máximo de caida de meteoros (expresado en meteoros por hora) que se observaría a simple vista en un lugar en el que el radiante se encontrara en el cénit y las condiciones de visibilidad fuesen óptimas. En la tabla, cuando el ritmo máximo es variable de un año a otro, se indican tanto el valor habitual como los valores extremos.

Las lluvias de meteoros diurnas (como las ariétidas y las ζ perseidas, de junio) sólo son observables con radar y no han sido incluidas en la tabla. La observación con radar se basa en que la onda radio emitida es reflejada por los gases que ioniza el meteoro en la atmósfera superior.

Por término medio, las perseidas constituyen la tercera lluvia de meteoros por orden de actividad. Tanto las cuadrántidas (visibles en enero) como las gemínidas (en diciembre) suelen generar más meteoros por hora. Aunque muestran un comportamiento más irregular, las leónidas (a mediados de noviembre) pueden resultar tan espectaculares como las perseidas.